LA INDIFERENCIA, UNA RESPUESTA SOCIAL

LA INDIFERENCIA DE LA SOCIEDAD TIENE SU ORIGEN EN UN SISTEMA PERCIBIDO COMO ABUSIVO POR PARTE DE LOS CIUDADANOS


Los rendimientos de escala que las grandes empresas logran producto de su gran tamaño y movimientos, le permiten a estas industrias obtener ventajas comparativas con relación a los pequeños industriales. Estas ventajas vana aumentando aún más cuando estas industrias, logran acceder al poder político ya sea a través de representantes o bien gracias a una política de lobby no regulado o mal regulado y a un parlamento más preocupado de su bienestar que el de sus conciudadanos el que además no tiene las capacidades adecuadas para comprender las leyes que aprueban o rechazan.




Todo lo anteriormente mencionado no siendo exauustivo en los detalles, han hecho de Chile un país con grandes empresas con un poder muy superior al de sus clientes. Esta situación se agrava aún más al observar las grandes debilidades de los clientes como son la desprotección en que se encuentra, el bajo poder adquisitivo que no le permite sostener una disputa legal  así como tambien la pobre educación de la que se dispone, la que no le permite generar los argumentos necesarios así como las pruebas, que para el caso de nuestra legislación, aún siendo el usuario, la parte débil en una disputa, la ley establece que es el quién debe aportar las pruebas que fundamenten su acusación.

Un ejemplo de lo descrito es el caso de las casas que se quiebran por filtraciones en las reds públicas. Para el caso en que un usuario quiera comenzar una demanda, deberá probar el actuar negligente de la empresa, es decir deberá demostrar que los tiempos empleados en las reparaciones exceden los tiempos establecidos en los protocolos de emergencias. -Estos tiempos constan en las bases de datos de las empresas-, es decir el demandado. Si el usuario quisiera realizar una excavación en la vía en busca de pruebas, no puede realizarlas puesto que requeriría de una órden judicial y permisos municipales, ambas situaciones difíciles de lograr. En resumen, en la actualidad, el peso de la prueba, recaería en el usuario que es la parte más débil de la relación. En forma adicional, las superintendencias que son los entes encargados de regular los sectores monopólicos, no tienen las atribuciones para demandar o exigir indemnizaciones que beneficien a los usuarios.

Esta incapacidad e impotencia que se cierne sobre los usuarios de grandes empresas, es lo que ha transformado a los ciudadanos en entes indiferentes incapaces de confiar en un sistema que no está hecho para ellos